Pinguicula mundi
Blanca, Jamilena, Ruíz
Rejón & Reg. Zamora (1996)
Nombres vernáculos
(cast.) Grasilla
Familia
LENTIBULARIACEAE – Letibulariáceas
Color de la
flor: Violeta.
Floración: Mayo
a Julio.
Ecología: Comunidades
rupícolas en roquedos rezumantes, cuevas pequeñas y recovecos de roca. Se
desarrolla sobre substrato calizo, en lugares de luminosos pero sin sol
directo, a umbrosos.
Rango
altitudinal: 900 – 1.600 m.
Distribución: Endemismo ibérico; disperso aisladamente por unas pocas sierras
orientales de la Península Ibérica (Serranía de Cuenca, zona sureste de
Guadalajara, Sierra de Alcaraz y Sierra del Calar del Mundo (Ab, Cu, Gu).
Observaciones:
El género Pinguicula es uno de los más
ampliamente distribuidos entre las plantas carnívoras en el mundo; se
encuentran en todos los continentes faltando sólo en Australia. Por lo general
viven en lugares húmedos o semiencharcados (por lo menos durante su periodo
vegetativo). En el área mediterránea, estos lugares propicios aparecen a menudo
muy dispersos y aislados, separados por extensas zonas secas. Esto ha
propiciado el aislamiento de las poblaciones, y debe haber desempeñado un papel
principal en los procesos de especiación. A causa de la aridez climática
actual, muchas poblaciones se encuentran en peligro de extinción,
principalmente nuestras especies mediterráneas.
Como consecuencia de vivir
en paredes calcáreas rezumantes con lavado continuo, y donde escasean los
nutrientes ricos en nitrógeno y fósforo, indispensable para la fabricación de
las proteínas de la planta. Estas Pinguicula, han resuelto el problema
transformándose en plantas carnívoras, más concretamente insectíferas, como vía
para obtener los nutrientes que le faltan. Para
atraer a las presas (sobre todo pequeños artrópodos), la planta utiliza su olor
fúngico y el color verde-amarillento de sus hojas, así como su brillo, debido a
la refracción de la luz en las gotitas de mucílago. El mecanismo de captura es
pasivo: cuando una presa se posa en una hoja e intenta caminar por su
superficie, queda adherida por las gotitas de mucílago producidas en los pelos
glandulíferos; durante el forcejeo que realiza el animal para tratar de
escapar, contacta con otros pelos, y acaba por quedar atrapado por el mucílago.
Durante el proceso de captura, las glándulas sésiles de la superficie foliar,
que permanecían secas, emiten una secreción viscosa que contienen los enzimas
digestivos. Se produce una digestión externa y, posteriormente, la absorción
del fluido resultante.
En la farmacopea
tradicional, la grasilla en fresco y dializada, y por lo común asociada al
tomillo, se emplea para combatir la tos convulsiva. En algunas zonas del
Pirineo la usan para hacer cicatrizar las cortaduras y laminaduras, sobre las
cuales se aplica una hoja recién arrancada, por la cara superior; las mismas
secreciones que impiden la putrefacción de los insectos adheridos a las hojas
actúan como antisépticos (éste, es al parecer un remedio muy antiguo).
Algunas especies de
grasillas han sido utilizadas en ciertos paises de Europa durante la edad
media, para atrapar los piojos que infectaban las camas. Los lapones utilizan
estas plantas para cuajar la leche. Los jugos enzimáticos que segregan las
hojas hacen que la leche cuaje y forme grumos llamados requesón o cuajada.
En algunas zonas de nuestro
territorio estas grasillas están protegidas legalmente según los siguientes
criterios:
- Castilla·La Mancha; según Decreto 33/1998 de 5 de mayo, por el que se crea el Catálogo Regional de Especies
Amenazadas de Castilla-La Mancha (D.O.C.M. núm. 22, 15 de mayo 1998); dentro de la categoría: Taxon Vulnerable.
Se encuentra citada en los
siguientes Libros y Listas Rojas:
-
Lista Roja de la Flora Vascular Española (2008): Taxon Vulnerable.
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